Son mileuristas, en el mejor de los casos. A ellas, como rezaba una pancarta en la manifestación #19jbcn, también les sobra demasiado mes a final del sueldo. Pero se sienten afortunadas por poder practicar el deporte que mas les gusta. Están acostumbradas a vivir en el más absoluto anonimato. Aunque luzcan la camiseta del Barça, saben que no son ni Messi, ni Xavi, ni Villa…Por eso ya no se enfadan cuando comprueban cómo las ignoran los medios de comunicación. No se indignan. Están resignadas. Se conforman con recibir un pequeño reconocimiento muy de vez en cuando. Como el domingo. Porque se lo merecen. Porque ayer se proclamaron campeonas de la Copa de la Reina , derrotando en la final a un gran Español. Porque se unieron, con este titulo, a la gran temporada blaugrana. Ni les importo que el presidente Rosell no estuviera con ellas en Las Rozas. Montaron su fiesta sin necesidad de que nadie del club les acompañara. Como decía, están acostumbradas.
Están acostumbradas, por ejemplo, a trabajar o a estudiar durante 8 horas al día y a entrenar por las noches, tres o cuatro veces a la semana. Están acostumbradas, por ejemplo, a ser noticia solo en caso de morbo y/o escándalo (como cuando el Español expulsó del equipo a la ahora blaugrana Noemí Rubio por animar al Barça en su perfil de Facebook). Están acostumbradas a ver resultados y la clasificación de su Superliga en una columnita (en el mejor de los casos, dos) en las páginas de fútbol la prensa catalana. Están acostumbradas a jugar la final de la Copa de la Reina ante apenas 300 espectadores (la mayoría jugadoras y compañeras de la Superliga ) en la Ciudad del Fútbol de las Rozas porque nadie a querido ser la sede de esta competición. Están acostumbradas, incluso, a recibir insultos machistas de aficionados necios (neardentales) que siguen pensando que el futbol es solo cosa de hombres.
Pero las chicas también existen. Y, aunque solo sea por un día, merecen tener una mención especial que, casi siempre, están destinadas a los grandes cracks de sueldos multimillonarios. Ayer, las grandes jugadoras del Barça femenino lograron un título que, para ellas, significa tanto como la Champions de Wembley. No tendrá la misma repercusión mediática. Ni el mismo impacto económico. No habrá rúa por las calles de la ciudad. A lo sumo, una fiesta intima en la que Ràfols, Lau, Meli, Ani, Melanie, Marta, Vicky, Noemí, Corredera, Monste, Olga, Rocío, Romero, Guti, Carol y el resto del equipo, con su entrenador, Xavi Llorenç, a la cabeza, celebraran un campeonato que no conquistaban desde 1994. Un título que merece salir del anonimato en el que esta enterrado el fútbol femenino. El del Barça y el del todo los clubs.