... aún tengo la piel de gallina, no me lo puedo creer...
¿Como puede ser que ver un partido provoque en mí una alteración del ánimo tan exagerada? No sé, es algo casi indescriptible.
Sudores fríos por la intensidad del partido, lágrimillas en los ojos de la emoción de ver algo inolvidable, esa sonrisa tonta que no se quita de la cara cada vez que se recuerda aunque sea un único segundo de este momento histórico tan importante para el deporte español. El corazón deja de bombear sangre por el cuerpo para convertirse en la furia roja que provoca en mi temblores, nerviosismo y rabia contenida. Hacen que aplauda como si fuera la última vez, que salte queriendo alcanzar las nubes... parece un sueño, pero es real.
¿Y como un partido de fútbol es capaz de hacer sentir todo esto? Solamente cuando lo vives al 100%
Porque... EL FÚTBOL ES ASÍ.
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